[RL]Casa de Akari

Pequeñas Cosas ~

Antes que nada, es la casa de una persona. Ya se que en FT es normal, pero no podeis simplemente entrar y pedir café xDD. Akari no tiene amigos más que los animales y algunos borrachos ocasionales, así que seguramente os eche a patadas como buena tsundere

Situación y Aspecto:

La casa de Akari es una casa de madera y piedra de dos pisos. No tiene agua corriente, así que se baña en un manantial que hay cerca. El agua limpia lo obtiene de un pozo algo viejo que está al lado. Aunque siempre vaya al pueblo cercano a por reservas, tiene un pequeño huerto con tomates, patatas y lechuga. Cada vez que silba o chisca la lengua, animales se acercan para recibir su comida, es como un nido. Debido a que, cuando ella encontró esta casa abandonada, quería praticar su magia de sangre, todo quedaba como si hubiese habido un tiroteo. Unos excursionistas lo vieron y lo llamaron "territorio maldito" o "de brujas". Así que nadie suele acercarse.

Ahora voy a rolear con Akari para empezar esto un poco xDD.

Rol On (Akari)

Como cada mañana hace cuatro años, me despierto en esta habitación de madera y piedra, cálida. Ah... m estoy asando... encima de mi manta de piel, a una bola grande y peluda, del tamaño del escritorio. Es de color albino y ronca tranquilamente. ¿Cuantas veces le tengo que decir que no duerma en mi cama en pleno verano...?

-Silver, levántante - le ordené. Una oreja se movió. Me incorporé y lo tiré de la cama. Lanzó un gemido al caer al suelo y se incorporó, mientras gruñía, enseñándome los dientes. Me levanté y di un suspiro, mientras lo miraba - No te pongas a la defensiva. Te he dicho mil veces que no duermas en mi cama.

Era un lobo blanco, grande y feroz, que infundía el miedo en cualquier visitante. Tiene unos ojos de un azul intenso y helado, y nos llevamos bien. Me dirijo a la cocina-salón, donde saco de la nevera alimentada por lacrima un cartón de leche y tres filetes crudos. De uno de los armarios, saco un plato enorme y pongo los filetes ahí. Los dejo en el suelo y Silver comienza a comerlos. Yo lleno un vaso de leche y me cojo un par de galletas, mientras me siento en mi mesa. Mientras pienso en lo que voy a hacer, termino de desayunar. Recogo el vaso vacío y me dirijo a mi habitación, donde doy un portazo, frenando al lobo que iba detrás mía. Me saco la ropa y me pongo lo que parece un traje de marinera color azul oscuro de lazo dorado. Me calzo unos botines de tela azul oscuro y me peino un poco. Agh... como se me enreda. Creo que hoy me tengo que lavar.

Salgo de la habitación y me dirijo a un armario, del cual saco tres cubos, uno de ellos los sujeta Silver con la boca. Salimos al pozo de al lado y comienzo a llenarlos con agua, mientras Silver se iba y volvía con una regadera. La lleno de agua y comienzo a regar el pequeño huerto. Pronto sería tiempo de cosechar. Silver se fue otra vez y regrsó con otro cubo, pero este estaba lleno de alpiste. Volvió y trajo otro cubo, uno piezas d lechuga, pan y tomate que no me tomé ayer. Le di una colleja cuando vi que iba a cogerse una piza de pan. ste lobo no para de comer... y después se pone gordo y no puede cazar.

Cuando termino de regar, llevo mis dedos a mis labios, silbando. Sit pájaros, dos ciervos, cuatro conejos y dos gatos salvajes vinieron corriendo al oír el mandado. Silver los mantenía a raya, haciendo que esperasen su turno.

Los pájaros atacaban el alpiste como si fuese su enemigo más mortal, y los ciervos, los conejos y los gatos devoraban los restos, hambrientos. Ellos querían más, pero aparté el alpiste y los restos para mañana.

-Ala, ya no hay más - anuncié. Ni caso, querían más comida. Comencé a sacudir los brazos, espantándolos - ¡Que ya no hay más por hoy!

Silver comenzó a gruñir, apoyándome. Los animales volvieron de dónde habían venido y me fui con Silver adentro, para dejar los cubos. Llené las botellas de vidrio con el agua de los cubos y lo poco que sobró lo usé para dar una última regada a las plantas.

-Bueno, Silver, ¿qué hacemos hoy? Ya sé que me he proclamado como maga independiente, pero todavía soy débil y no tngo misiones- digo, en un suspiro. Silver comienza a gruñir, retador. Sonrío - Oh, ¿así que quieres una carrera hasta el río del oeste, eh?

Y, como si hablásemos el mismo idioma, comenzamos a correr. No tenía ni idea de como me entendía con Silver. Era como si él fuese humano, o entendiese lo que digo. Aquí el excepcional es él, no yo.

Ah, cierto. Os estaréis preguntando por qué estoy aquí... ¿cierto? Digamos que mis padres, más pobres que quién sabe qué, me vendieron a la zona roja por mucho dinero. No recuerdo mucho de mis primeros años en aquel burdel, lo único que recuerdo es que muchos hombres hablaban conmigo, halágandome por mis ojos dorados. Rcuerdo con claridad las ganas de vomitar que tenía siempre cuando estaba con un cliente, y de como juraba ante el mundo que me iría. Y a los quince años, logré escapar y tomar un barco que me llevó a Fiore, y de ahí me perdí entre este bosque y acabé en viviendo en sta casa que estaba abandonada. Antes era un asco, muy sucia y llena de telarañas. Poco a poco, vendiendo hortalizas y frutas que me encontraba, o haciendo trabajos en un pueblo cercano,  iba ahorrando y pagaba mi ropa, o algunos alimentos, o la nevera.

Conocí a Silver a las pocas semanas de estar aquí. Estaba muerta de hambre y de frío, y ese lobo blanco me tendió carne cruda ante mí. Desde ese día, ese lobo ha estado siempre conmigo. Es como un compañero de supervivencia. Cuando vinieron esos magos oscuros y saqué mi magia de sangre, Silver ni se inmutó, luchó a mi lado. Esto me recuerda que, cuando entrenaba, dejaba todo el lugar lleno de sangre, y como la gente pensaba que el lugar estaba maldito, no se acercaban. Me sorprende no haya ningún gremio o mago que haya venido a investigar...

Bueh, la verdad, es que me da igual. Sólo quiero vivir a mi aire y como yo quiero.

No necesito nada más.

Rol Off (Akari)